viernes, 20 de marzo de 2015

Beso de fin de curso

  Era octubre de 2010 cuando nos insistieron mucho para comenzar a dar clases extraescolares de pintura en el colegio Arealonga, y después de definir qué tipo de clases se adaptaban al espacio, Augusto y yo comenzamos el curso en la gran clase de inglés. Allí estuvimos el primer e inolvidable año, uno de esos que te dejan marcado, donde conocimos a unos cuantos seres muy peculiares. Al curso siguiente nos ofrecieron un nuevo espacio, mejor acondicionado para la ocasión, que era la casita del conserje, aunque nunca olvidaremos el despliegue de juegos y complicidad de dos hermanos recién llegados, y las chorromil maneras de llamar al profe Auuuuguuuustooo. Allí fuimos profes durante 3 cursos más, conocimos a más gente nueva, dimos clases a diferentes generaciones de una misma familia, y un buen puñado de pequeñas artistas se cambiaron a mis clases porque eran "más artísticas" todavía. También vimos cómo muchos padres castigan 1 hora de pintura semanal, porque todas las demás asignaturas son más importantes que el arte para la vida de sus hijos, y cómo otros permiten que sus niños desarrollen con libertad sus capacidades artísticas. Pero lo mejor fue ver cómo crecen los alumnos siendo fieles a nuestras clases, y así compartir con ellos sus grandes avances con el manejo del pincel, además de algunas increíbles y gratas amistades con algunos de esos padres.
                              
  Besé este árbol después de hacernos la 3ª foto de grupo de fin de curso, el  30 de mayo de 2012 en el patio de la casita del colegio Arealonga (Vilagarcía de Arousa -Pontevedra) con nuestro nunu-bolso de artistas trabajando, y con Violeta, mi nueva bomba de insulina recién estrenada.
Fotos: Augusto Metztli.

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